Si has tenido la suerte de tener un perro en tu vida, seguramente conocerás diferentes técnicas de adiestramiento canino. En cambio, si eres nuevo como pet parent, seguramente estarás preguntándote cómo educar a tu perro para que sea disciplinado, educado y obediente.
Antes de empezar, te adelantamos que existen diferentes técnicas de adiestramiento de perros, y tú decides cuál es la mejor para tu mascota.
Aquí te dejamos las mejores técnicas de adiestramiento canino para que tu perro sepa estar allí donde lo lleves. ¡Toma nota!
Adiestramiento canino en positivo
Como su propio nombre indica, esta técnica de adiestramiento canino se basa en premiar al perro cuando este tenga un buen comportamiento, creando así un refuerzo positivo: el perro asocia ese comportamiento a una buena consecuencia, de esa forma, entenderá que lo que está haciendo te gusta, y, por tanto, sabrá que cada vez que lo haga obtendrá una especie de premio.
Este premio puede ser en forma de comida o en forma de mimos o caricias. Lo importante es que el refuerzo positivo exista para que el perro lo identifique como algo bueno.
Este tipo de adiestramiento es uno de los mejores valorados, ya que se ha demostrado que no solo fortalece el vínculo del humano con el perro, sino que también aumenta su capacidad para aprender y su predisposición para hacerlo.
Adiestramiento canino tradicional
Esta técnica es justo lo contrario que la anterior. No se trata de dar un refuerzo positivo, sino de crear un refuerzo negativo. De este modo, cuando el perro realiza una acción que no está bien o que consideramos nociva para su educación, se produce un castigo por parte del adiestrador. Este castigo puede ser en forma psicológica (regañándole, por ejemplo) o de forma física.
Este tipo de adiestramiento no es considerado ético por parte de muchos profesionales. Además, está demostrado que los perros difícilmente entienden el castigo. Por otro lado, la relación entre el perro y el adiestrador (que suele ser su dueño) se ve quebrada ante este tipo de actos y aumenta los miedos e inseguridad del animal, lo que puede tornarlo en un ser de carácter agresivo, menos social y alegre. De forma contraria a lo que pasa con los refuerzos positivos, los castigos también se traducen en una mayor dificultad para el perro a la hora de adquirir conocimientos.